El hemograma es un examen relativamente simple y en algunas situaciones nos ayuda en la evaluación diagnóstica. Este examen entrega datos sobre hematocrito, concentración de la hemoglobina, concentración de hemoglobina corpuscular media, volumen corpuscular medio, recuento de eritrocitos, leucocitos y plaquetas.
En el hemograma se analiza también el frotis sanguíneo que consiste en la evaluación morfológica de los elementos sanguíneos, lo cual puede ser especialmente útil en los pacientes con anemia, pero también anormalidades en los leucocitos o plaquetas pueden ser de orientación diagnóstica.
(Se Oberva un neutrófilo)
Existen diferentes alteraciones que pueden afectar la concentración de las células en sangre periférica, donde le mencionamos algunas de las alteraciones más comunes.
Un aumento de los neutrófios se ve con mayor frecuencia en las infecciones bacteriana agudas y en forma pasajera al comienzo de las infecciones virales. Contrario a ello, una disminución en la cantidad de neutrófilos puede ser por alteraciones en la maduración o por mayor destrucción o secuestro. Pueden ser secundarias a infecciones severas, drogas, esplenomegalia, desnutrición severa, enfermedades del colágeno, inmunes, aplasias o invasión por células neoplásicas.
(Se observan dos Linfocitos)
En el caso de los linfocitos, se presentan con mayor frecuencia frente a infecciones virales respiratorias, digestivas o exantemáticas. Con menor frecuencia en fiebre tifoidea, brucelosis, tuberculosis. Si se presenta una disminución pueden ser congénitas o adquiridas por infecciones virales (sarampión, rubéola, varicela.) El SIDA, que puede presentarse en hijos de madres infectadas o por transfusiones, también puede producir linfopenia. Otras causas de linfopenia son la desnutrición, enfermedad de Hodgkin, drogas inmunosupresoras, corticoides, citostáticos y radioterapia.
(Con el número 1 se encuentran señalados los neutrófilos, con el número 2 se señala un monocito y con el número 3 un linfocito)
En el caso de los eosinófilos, se ven aumentos moderados con mayor frecuencia en parásitos. Son causa también de eosinofilia las enfermedades alérgicas como asma, urticarias y eczema, drogas como penicilinas, amino glicósidos, cefalosporinas, ferroterapia y otras; así como enfermedades granulomatosas del mesénquima, cirrosis hepática, neoplasias y post radioterapia.
Por otro lado, los monocitos se presentan en general acompañadas de linfocitosis y eosinofilia moderada en convalescencia de enfermedades infecciosas, como por ejemplo en reabsorción de neumonías, infecciones crónicas granulomatosas (TBC, Hodgkin), infecciones virales y en infecciones por gérmenes intracelulares (Brucelosis, Listeria monicitógena).
Comments